sábado, 23 de febrero de 2013

viernes, 15 de febrero de 2013

lunes, 11 de febrero de 2013

Tumarina, florecer y madurar de los seres

OTAVALO. Antes que el sol salga, el martes de carnaval de todos los años, en los hogares de las comunidades kichwas, el día empieza con la recolección de flores silvestres y agua de vertiente para realizar el tumarina, uno de los rituales más importantes del año según el calendario agrícola.
Florecer. “Tumarina es un ritual ancestral de todos los andes, no solo se lo realiza en Ecuador”, aclara Shayri Quimbo, amauta de la comunidad de Peguche. Este rito andino del florecimiento es para los niños y jóvenes. Lo realizan los padres o padrinos con el objetivo de “traer a conciencia de que todo florece, de que los seres humanos tenemos ese ciclo de florecer y madurar, especialmente a los menores porque ellos están en flor”, explica el amauta. Recolección. El horario en que se recogen las flores es de 5h30 a 6 am cuando las flores tienen los pétalos cerrados y tienen la savia en su plenitud. “se toman las flores invocando y haciendo oraciones para la savia de las flores florezca la vida de las personas, se mezcla con agua de vertientes masculinas y femeninas que representan la dualidad sexual complementaria de la naturaleza”, dice Shayri Quimbo. Acto. Una vez recogidas las flores y mezcladas con el agua los padrinos o padres colocan, con la mano un poco de la mezcla, en la chakra coronaria, corona de la cabeza, haciendo una oración como esta:
“kambak umaku, kambak shunkuku, sisarichun kay sisakukuna shina” (que la savia de estas flores florezcan en tu corazón y cabeza). Comunidad. Este rito es parte de la vivencia de los pueblos; en Peguche y Agato se lo realiza como parte importante de la programación del Pawkar Raymi. Los miembros de las comunidades acompañados de grupos musicales, vistiendo sus mejores trajes se dirigen a las vertientes de agua muy temprano en la mañana para realizar este ritual entre los asistentes. “este es un ritual familiar, pero se lohace asi para compartir con toda la comunidad la importancia de mantener nuestras tradiciones”, explica José Lema, habitante de la comunidad de Peguche. Culturas. El tiempo del florecimiento de las culturas andinas y sus rituales, tiene mucha similitud con tradiciones de culturas de otros continentes. Según la página redescolar.ilce.edu.mx,“ Febrero (en latín “Februarius”) El nombre procede de la palabra latina ‘februa’, que se refería a los festivales de la purificación que se celebraban en la antigua Roma durante este mes”. http://elnorte.ec/otavalo/actualidad/32279-tumarina,-florecer-y-madurar-de-los-seres.html

lunes, 4 de febrero de 2013

El idioma kichwa solo se mantiene en zonas rurales

OTAVALO. Sayri y Auki no se conocen pero los liga una cultura. Los dos son indígenas. El primero tiene ocho años y estudia en el Centro Educativo Municipal Otavalo Valle del Amanecer, Cemova. Auki tiene 7 y vive en la parroquia de Quiroga en Cotacachi. Situación. Sayri casi no habla kichwa, Auki sí. La pequeña gran diferencia es que el primero vive en la zona urbana, donde la cultura, tradición y otras tradiciones se han ido perdiendo en el tiempo. El segundo caso es un pequeño antídoto, a la situación crítica que vive el idioma kichwa. General. No solo es en el cantón, sino en la provincia. En la mayoría de las zonas rurales de Otavalo aún se conservan ciertas tradiciones y el habla kichwa. Sin embargo no palea la situación. Panorama."Desde un análisis socio lingüístico el problema del kichwa es bastante grave. Se tiene que dar pasos urgentes para cambiar la historia", dice Jon Sarasua catedrático Vasco, quien siguió de cerca el proceso que se vivió en su país, con el euskera. Aunque el objetivo de recuperación lingüística vasco lleva 50 años. Acá recién está empezando. No es casualidad. El análisis de Sarasua concuerda con el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, Unesco que habla sobre la situación. La falta del traspaso generacional del kichwa, de padres a hijos es el principal inconveniente. Actualidad. De acuerdo a Sacha Rosero, impulsor del rescate del idioma kichwa, para la recuperación y pérdida total de una lengua se necesitan tres generaciones. Urgencia. "Si no hacemos nada el runa shimi (kichwa) desaparecerá", confiesa. Rosero quien hizo un posgrado en Sociolingüística en la Universidad de Mondragón, en el País Vasco, preside la organización Kichwashun, mentora de la recuperación total del kichwa a nivel nacional.
Realidad local. Imbabura es una de las provincias con gran presencia de población indígena. En Otavalo el 60 por ciento de la población pertenece a esta etnia. De esta cifra el 85 por ciento son kichwas Otavalo, mientras el 15 % restante es pueblo kayambi. Así lo certifica Fernando Tocagón, coordinador de participación ciudadana rural del cantón. Las cifras son literalmente son alentadoras dentro de la campaña total de recuperación. Enseñan Kichwa. Luz América Casco es la única docente bilingüe que tiene el Centro Educativo Municipal Otavalo Valle del Amanecer, Cemova. Ella da clases desde hace 6 años. Al inicio fue complicado, al momento la iniciativa tiene acogida. "Hubo resistencia pero hoy todos quieren aprender este idioma", dice.
Estadística. El Cemova es una de las instituciones más prestigiosas de Otavalo. En sus registros hay 694 estudiantes de ellos 139 son indígenas. "Estamos dando un paso para la recuperación de nuestro idioma. Los mismo indígenas han perdido ese valor de hablar en kichwa", reconoce. Las clases de kichwa se dan desde educación inicial hasta el séptimo año de básica. Más números. De acuerdo al censo del 2010 se determinó que en el país hay 591 mil 448 kichwas hablantes. El 57,5 por ciento de esta población son menores de 12 años que hablan su idioma. La mayoría de los casos se lo hace desde las zonas rurales. Los números son alentadores, sin embargo en el censo de 2001 el 60,1 por ciento de los menores de 12 años hablaba en su lengua autóctona. Desde lo jurídico. El artículo 2 de la actual Constitución establece que el kichwa junto con el castellano y el shuar son idiomas oficiales de relación intercultural. "Debemos aprovechar esa normativa que nos ampara de acuerdo a la constitución de 2008", agrega Sacha Rosero. Realidad. A pesar de la obligatoriedad de la Ley, El sistema intercultural bilingüe (que incluye establecimientos en los que se imparte con el uso de las lenguas ancestrales) tiene limitaciones de espacio y personal para garantizar este objetivo. Prueba de ello fueron los problemas que se suscitaron en septiembre en Otavalo, donde fueron cerradas varias planteles educativos por las pocas garantías académicas que se ofrecían. Población. En el país hay unos 3 mil 500 planteles interculturales bilingües que alberga una población de 306 mil 195 estudiantes menores de 12 años. Las cifras fueron proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, Inec. Más enseñanza. Al igual que el Cemova en Otavalo, la Unidad Educativa del Milenio 'Jatun Kuraka', se preocupa por el rescate del idioma kichwa. "Hacemos trabajo no solo con los estudiantes, sino con los padres de familia. Impartimos charlas y conferencias de cómo valorar la lengua materna", explica Mariana Pavón directora de la institución que en abril próximo cumple su cuarto aniversario. www.elnorte.ec