martes, 19 de agosto de 2014

Las parteras comunitarias cuentan con sala de partos culturalmente adecuada

Otavalo. Sobre un colchón suave está recostada Melisa Achina, quien tiene nueve meses de embarazo. Rosa Colta, la partera comunitaria, frota su vientre para ver la posición en la que se encuentra el bebé, ya que en los próximos días Melisa puede dar a luz en parto normal.
Ella se decidió por traer a su hijo al mundo en la sala de partos culturalmente adecuada con la ayuda de Rosa, quien además de ser partera de su familia, trabaja constantemente en esta sala ubicada en el hospital San Luis de Otavalo. “Yo aquí me siento tranquila y segura porque mis costumbres son respetadas”.
Antecedentes
Con el fin de fortalecer la salud intercultural y respetar los derechos de la mujer otavaleña, se creó en el 2008 la sala de partos culturalmente adecuada, que brinda atención médica ancestral con la asistencia de parteras comunitarias que colaboran con la medicina occidental para atender eficientemente a las madres que acuden en su ayuda.
Rosa explica que cuando una mujer indígena da a luz, muchas personas asisten al parto, ya que el apoyo comunitario ha sido siempre su eje de vida. Por eso cuando la madre acude al parto en esta sala, se le permite entrar con un familiar. “Generalmente es el marido quien la acompaña, incluso la ayuda a dar a luz cuando ella decide que su parto sea en posición de cuclillas”.
Las posiciones que la madre adopta son acorde a como ellas se sientan más cómodas: de rodillas, en cuclillas, paradas o acostadas. Todo lo decide la paciente, quien además se relaja con la música instrumental que se escucha en esta sala y le ayuda a entra en un ambiente familiar.
La calidez del cuarto es innegable. Las paredes están forradas de madera para hacer al sitio abrigado con la ayuda de un calefactor. Rosa explica que cuando ella asiste a una madre en su propia casa siempre enciende la lumbre para que el calor proteja a la mujer.
“Si no hay calor los dolores de parto son más fuertes y es más difícil para dar a luz”.
Pero no solo atienden partos a mujeres indígenas. A esta sala acuden pacientes mestizas, afrodescendientes y extranjeras. En lo que va de agosto atendieron a 69 mujeres en: controles del bebé, encaderamientos a las madres, curaciones de espanto, curaciones de mal viento y partos.
A lado de esta sala está la otra de parto tradicional, donde la mujer es atendida en posición horizontal por un médico y únicamente bajo asistencia de medicina occidental. La diferencia del ambiente es notoria. Está fría, hay máquinas y luces muy grandes que tensionan a cualquier persona que nunca haya entrado.
Melisa volverá en los próximos días cuando los dolores de parto le hayan llegado. Ella aún no sabe en qué posición va a dar a luz, pero ya se siente segura porque con estarán sus familiares, su partera y un médico que velará también por su salud y la de su hijo. (ROAE)
En esta sala se cuida el pudor de la futura madre. En lugar de la ropa hospitalaria, se usa un camisón de material abrigado, apropiado para dar a luz sin necesidad de mostrar su cuerpo.
Además, el hospital cuenta con una huerta donde siembran hierbas medicinales que le dan a la madre que las necesite. Esto como medicina ancestral sugerida a la paciente por la partera.
Cifras
168 parteras existen a nivel nacional
16 limpia mal viento
106 yachac
4 cura espanto 
www.lahora.ec

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